EITB EN CASA GARATEA
CONOCE NUESTRA HISTORIA
Nuestra tienda nos traslada al inicio del siglo XX, donde tenemos las primeras pruebas que muestran que Casa Garatea existía y era crucial para la ciudad de Pamplona. En 1910 fue cuando un pequeño emprendedor pamplonés (Ángel Garatea Josué) decidió dar el gran paso y adquirir el negocio y convertirlo en una Guarnicionería.
La gran mayoría de personas que nos visitan hoy en día en la tienda no saben a qué nos referimos cuando hablamos del oficio de guarnicionero. La guarnicionería es un oficio en extinción (me atrevería a decir que, actualmente, el único guarnicionero de Navarra es Antonio, actual dueño de Casa Garatea), el cual ha sido de vital importancia en las ciudades de todo el mundo durante el siglo XX y trata de trabajar el cuero para fabricar productos destinados al ganado o a la equitación.
En plena guerra civil, cuando España estaba envuelta en un caos, entró en la tienda la primera generación de guarnicioneros de nuestra familia (Padre de Antonio), compuesta por Javier Fernández Jiménez. Empezó a trabajar a los 12 años y se pasó cerca de 25 años trabajando como ayudante. Javier cumplió los 36 años y le dieron la oportunidad de hacerse cargo del negocio. Lógicamente, lo cogió con ilusión y ganas, tantas que logró que su legado llegara hasta la actualidad.
En un principio, la tienda estaba situada en el portal número 2 de la calle San Gregorio y la actual ubicación de la tienda (número 10 de San Gregorio) era utilizada como aparcamiento de carros de caballos. Tenemos que pensar que en aquella época el medio de transporte más común seguía siendo el caballo y los carros de caballos.
En los inicios de la tienda, como en las tiendas antiguas de los pueblos, se vendía de todo. Se vendían collarones, cabezadas, sillas de montar, alpargatas, hilo, agujas, dedales, calcetines y todo tipo de productos relacionados con el campo. En aquella época, el tipo de cliente que nos venía a la tienda solía ser gente de los pueblos que trabajaban en el campo y bajaban a Pamplona una vez al año para poder comprar material, nada que ver con la actualidad, ya que cada vez son menos las personas que nos vienen a comprar materiales para el campo y el ganado (aunque sigamos vendiendo los mismos productos de hace cien años, como por ejemplo collarones o cencerros).
Antonio, segunda generación de guarnicioneros de la familia, entró a trabajar en la tienda en cuanto acabó sus estudios, aunque desde bien pequeño le gustaba ir a la tienda con Javier a ver como trabajaban el8 cuero. Estuvieron trabajando mano a mano hasta que Javier le enseñó todo lo que tenía que saber sobre el oficio de guarnicionero. Fue en 1993 cuando falleció Javier, recién jubilado.
A partir de entonces, Antonio fue el que se hizo cargo de la tienda y se dio cuenta del auge que estaba cogiendo la equitación como deporte. Durante estos años se hicieron diversas restauraciones en la tienda y se cambió el propósito de la misma, centrándose principalmente en los productos relacionados con el mundo del caballo, ofreciendo a todos los jinetes y amazonas productos especializados en equitación.
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